
En la noche del domingo 10 de agosto de 2025, un ataque aéreo israelí destruyó una carpa utilizada por periodistas junto a la entrada del Hospital Al-Shifa en la Ciudad de Gaza. En la explosión perdió la vida Anas al-Sharif, destacado corresponsal de Al Jazeera de 28 años, reconocido por su cobertura valiente desde el norte de Gaza durante la guerra.
Junto a él fallecieron cuatro miembros del equipo de Al Jazeera —Mohammed Qreiqeh, Ibrahim Zaher, Mohammed Noufal y Moamen Aliwa— así como al menos otro periodista independiente. En total, siete personas murieron en el ataque.
El Ejército de Defensa de Israel (IDF) reconoció la autoría del bombardeo, acusando a al-Sharif de ser “líder de una célula terrorista de Hamás” que operaba camuflado como periodista y coordinaba ataques con cohetes. Sin embargo, estas acusaciones no fueron acompañadas de pruebas verificables y han sido rechazadas por Al Jazeera y organizaciones defensoras de la libertad de prensa.
Al Jazeera condenó el ataque como “un asesinato premeditado” y lo definió como un intento desesperado de silenciar las voces que denunciaban la posible ocupación de Gaza. También lo calificó como un ataque flagrante a la libertad de prensa. Entidades como el Comité para la Protección de Periodistas (CPJ), Reporteros Sin Fronteras y la Oficina de Derechos Humanos de la ONU expresaron condenas similares y exigieron investigaciones independientes.
Al-Sharif, padre de dos niños y quien perdió a su padre en un bombardeo israelí en diciembre de 2023, había denunciado con frecuencia los bombardeos intensivos contra Gaza y manifestó su compromiso con una cobertura veraz y sin censura hasta su último mensaje en redes sociales.
Este nuevo caso eleva el número de periodistas palestinos muertos en la guerra a más de 235, según autoridades de Gaza, y alrededor de 186 según el CPJ.