
Toronto, Canadá. — Durante su visita oficial a Toronto con motivo de los actos del Día del Recuerdo, el príncipe Harry ofreció una disculpa pública a los aficionados canadienses del béisbol tras haber sido visto usando una gorra de los Dodgers de Los Ángeles durante el cuarto partido de la Serie Mundial, en el que los Toronto Blue Jays representaban a Canadá.
ANTECEDENTES
En octubre de 2025, Harry y Meghan Markle asistieron a un partido de la Serie Mundial entre los Dodgers y los Blue Jays en el estadio de Los Ángeles. El príncipe apareció con una gorra azul con el logotipo “LA”, gesto que fue interpretado por muchos seguidores canadienses como una falta de apoyo al equipo nacional.
El incidente generó críticas en redes sociales y en medios deportivos, donde se señaló que, como miembro de la realeza británica vinculado al Commonwealth, Harry debió haber mostrado respaldo al conjunto canadiense.
LAS DECLARACIONES
Durante una entrevista con medios locales, el príncipe comentó en tono de broma:
“Primero, me gustaría disculparme con Canadá por usarla. Segundo, estaba bajo coacción. No tenía mucha elección.”
Agregó que el intenso calor y las luces del estadio lo llevaron a aceptar la gorra de los Dodgers:
“Cuando estás perdiendo cabello y te iluminan reflectores de 900 mil watts, tomas cualquier gorra que te ofrezcan.”
Más tarde, apareció con una gorra de los Blue Jays y aseguró que la usaría “de ahora en adelante para no cometer más errores”.
IMPACTO Y CONTEXTO
La disculpa coincidió con la estancia de Harry en Canadá, donde participaba en actividades relacionadas con los veteranos de guerra. Su comentario buscó aliviar la molestia generada entre los seguidores canadienses y reafirmar su aprecio por el país que lo acogió durante parte de su vida con Meghan Markle.
En redes sociales, el episodio fue apodado “Hat-gate”, convirtiéndose en un tema viral y un recordatorio del peso simbólico que puede tener un gesto aparentemente trivial cuando se trata de figuras públicas.
CONCLUSIÓN
Con un tono humorístico y autocrítico, el príncipe Harry reconoció su error y reafirmó su simpatía hacia los Blue Jays. Su disculpa logró desactivar el pequeño escándalo mediático y mostrar una faceta más cercana y espontánea de la realeza británica.

