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Ciudad Victoria.- Para el Licenciado Jorge Humberto Castellanos Medellín, actual juez federal y aspirante a Magistrado Electoral —número 12 en la boleta amarilla—, ser parte del Poder Judicial de la Federación no es solo una función técnica: es una vocación profundamente social.

“Decidí ser juez porque me apasiona la posibilidad de contribuir al bienestar colectivo desde una trinchera muchas veces silenciosa, pero esencial: la del respeto a los derechos humanos”, expresa con convicción.

Castellanos Medellín explica que, en su experiencia, el juicio de amparo es más que un recurso legal: es un puente entre la Constitución y la realidad de las personas. “Nuestra Carta Magna tiene dos grandes dimensiones: una que organiza al Estado, y otra que reconoce los derechos fundamentales de las personas. Ser juez me ha permitido trabajar todos los días para que esos derechos —como el acceso a la salud, la educación, la vivienda digna, o la estabilidad laboral— dejen de ser aspiraciones abstractas y se conviertan en realidades concretas”.

Desde su visión, el trabajo judicial tiene sentido solo si impacta positivamente en la vida de las y los ciudadanos. “Cada derecho constitucional es una promesa del Estado. Y cuando esa promesa no se cumple, el juez está ahí para exigir que se respete”, señala.

Consciente de que la justicia no siempre es inmediata ni perfecta, subraya la importancia de tener jueces comprometidos, imparciales y cercanos a la sociedad. “Lo que me mueve es que alguien, en algún lugar del país, reciba una sentencia justa que le cambie la vida. Eso es servir desde la ley”.

Ahora, en busca de llegar al Tribunal Electoral, Castellanos Medellín reafirma su convicción: “El voto libre y la democracia se defienden todos los días, no solo en las urnas, también en los tribunales. Ahí también se construye país”.

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