CIUDAD DE MÉXICO, 1 DE AGOSTO DE 2025 — La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, fijó postura este jueves respecto a las reformas constitucionales aprobadas en El Salvador que permitirán la reelección presidencial indefinida del mandatario Nayib Bukele. Durante su conferencia matutina, la mandataria evitó emitir una opinión crítica y reiteró que la posición de su gobierno es de respeto a la autodeterminación de los pueblos.

Respetamos al pueblo de El Salvador. Esa es la política exterior de México y así seguirá siendo”, declaró Sheinbaum ante cuestionamientos de la prensa.

La reforma fue aprobada por la Asamblea Legislativa salvadoreña —dominada por el oficialismo— y permitirá a Bukele postularse sin límite de veces, además de ampliar el periodo presidencial de cinco a seis años. La decisión ha generado controversia internacional, ante los temores de un debilitamiento democrático en el país centroamericano.

Diversas organizaciones de derechos humanos y voces de la oposición han señalado que esta medida podría abrir la puerta a un régimen autoritario. Sin embargo, el gobierno salvadoreño sostiene que los cambios reflejan el respaldo mayoritario del pueblo a la figura de Bukele y su estilo de gobernar.

Frente a este escenario, la presidenta Sheinbaum reiteró que México no intervendrá en asuntos internos de otras naciones:

“Nuestra política exterior se basa en la no intervención. Confiamos en que el pueblo salvadoreño tomará sus decisiones libremente.”


CONTEXTO INTERNACIONAL

  • El Congreso salvadoreño aprobó el 31 de julio una serie de reformas que modifican la Constitución, permitiendo la reelección indefinida y ampliando el mandato presidencial.
  • El presidente Nayib Bukele, ampliamente popular en su país, ha sido criticado por organismos internacionales por concentrar el poder en el Ejecutivo.
  • Diversos analistas han advertido sobre un retroceso en los principios democráticos y de alternancia en el poder.

POSICIÓN DE MÉXICO

La reacción de Claudia Sheinbaum se alinea con la tradición diplomática mexicana de no intervención, principio consagrado en la doctrina Estrada y mantenido tanto por gobiernos de izquierda como de derecha en las últimas décadas.

Con esta postura, el gobierno de México evita confrontaciones con El Salvador, un país con el que mantiene relaciones diplomáticas estables, cooperación en temas migratorios y comerciales, y afinidades políticas en diversos foros regionales.

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