En el último año fiscal, el Gobierno de Estados Unidos deportó a más de 271 mil personas sin documentos que acreditaran su estancia legal en el país. De ese total, el 30% de las deportaciones se realizó en el área de responsabilidad que colinda con la frontera de Tamaulipas, convirtiéndola en el principal punto de retorno migratorio.
Según cifras del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), durante el periodo fiscal 2024 —que abarca de octubre a septiembre— se llevaron a cabo 271,484 deportaciones, lo que representa un incremento del 52% en comparación con el año anterior.
Entre las 26 Áreas de Responsabilidad (AOR) distribuidas en el territorio estadounidense, Harlingen sobresale con 78,505 deportaciones, el número más alto del país. Esta región incluye, del lado mexicano, los estados de Tamaulipas, Nuevo León y una porción de Coahuila.
De acuerdo con las estadísticas, el 90% de las deportaciones realizadas desde este sector fueron por causas migratorias, el 7% por condenas penales y el 2% por enfrentar cargos criminales pendientes.
Mexicanos, mayoría entre los deportados
Del total de personas deportadas en el año fiscal 2024, el 32% (87,298 individuos) eran de nacionalidad mexicana, colocándose en el primer lugar de esta estadística. Le siguen Guatemala con 66,435 casos, Honduras con 45,923, El Salvador con 15,284, Colombia con 14,268 y Ecuador con 12,921.
No obstante, en los primeros tres meses del año fiscal 2025, los encuentros entre autoridades migratorias y personas indocumentadas en Estados Unidos disminuyeron hasta un 76% en comparación con el mismo periodo de 2024, según datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP). Esto podría deberse a un cambio en las políticas migratorias, una flexibilización en las operaciones o el efecto disuasivo del endurecimiento del discurso migratorio.
Riesgos mortales en la frontera
Los peligros asociados al intento de cruzar la frontera siguen siendo alarmantes. Según el Programa de Migrantes Desaparecidos (MMP) de la CBP, hasta 2022 el 48% de los migrantes que mueren en las “zonas objetivo designadas” —45 condados en la frontera suroeste de Estados Unidos— son de nacionalidad mexicana.
Tamaulipas concentra el 40% de esas muertes, principalmente en los sectores de Valle del Río Grande, seguido por Laredo, Del Río, Big Bend, El Paso, Tucson, Yuma, El Centro y finalmente San Diego.
Este panorama reafirma a Tamaulipas como un punto neurálgico en el complejo fenómeno migratorio que continúa redefiniendo la frontera entre México y Estados Unidos.