Washington, D.C. | 17 de junio de 2025

En un giro abrupto y lleno de tensión internacional, el expresidente y ahora candidato republicano Donald Trump abandonó prematuramente la cumbre del G7 celebrada en Quebec, Canadá, para regresar de inmediato a Estados Unidos, en medio de una creciente escalada entre Israel e Irán.

Desde el Air Force One, Trump emitió un comunicado explosivo: “Sabemos dónde está Khamenei. No lo hemos tocado… por ahora”. La declaración, dirigida al líder supremo iraní, fue acompañada por un llamado directo a los civiles en Teherán a evacuar “antes de que sea demasiado tarde”.

Aunque Trump no ocupa un cargo oficial, su peso político y su influencia en sectores militares y conservadores lo colocan en el centro de la escena. La presión para que la administración Biden adopte una postura más firme se intensifica, mientras algunos temen que Trump esté preparando el terreno para una nueva doctrina de confrontación exterior si gana las elecciones de noviembre.

DIVISIÓN EN EL BLOQUE MAGA

Las reacciones no tardaron en aparecer. Figuras prominentes del movimiento MAGA como Marjorie Taylor Greene, Charlie Kirk y Tucker Carlson han expresado públicamente su preocupación por las declaraciones de Trump, señalando que contradicen el principio de no intervención que defendió durante su mandato.

“Esto no es ‘America First’, es ‘Israel First’”, expresó Carlson en su programa, desatando un debate interno sobre el rumbo del trumpismo.

ESCENARIO INTERNACIONAL EN LLAMAS

El contexto no es menor: Israel ha intensificado sus ataques sobre infraestructura militar iraní en las últimas 72 horas, incluyendo un presunto bombardeo a instalaciones nucleares. Trump, por su parte, ha manifestado su respaldo absoluto a Tel Aviv y ha llamado a “una rendición incondicional” del régimen de Teherán.

Funcionarios europeos en la cumbre del G7 se mostraron sorprendidos por la salida anticipada del expresidente, aunque algunos diplomáticos lo interpretan como una maniobra mediática de campaña.