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MOSCÚ, RUSIA.– En una clara muestra de fortalecimiento del eje Moscú-Pekín, los presidentes Xi Jinping y Vladimir Putin firmaron este jueves una declaración conjunta con la que se comprometen a “profundizar aún más” su asociación estratégica, en medio de un escenario internacional marcado por crecientes tensiones con Occidente y una diplomacia global reconfigurada por la política de “Estados Unidos Primero”.

Durante una visita de Estado de cuatro días a Rusia, Xi Jinping reiteró desde el Kremlin que “la confianza política mutua entre los países se ha profundizado” y que la “cooperación práctica se ha fortalecido”. Frente a su homólogo ruso, el líder chino enfatizó que las relaciones bilaterales atraviesan “una nueva era” de estabilidad, serenidad y resiliencia.

Ambos mandatarios, que se han reunido más de 40 veces en la última década, aprovecharon el encuentro para proyectar una imagen de unidad y firmeza frente al liderazgo estadounidense y a un orden internacional que, consideran, responde a intereses occidentales hegemónicos.

El presidente Putin celebró la visita de su “amigo Xi”, con quien compartió un acto protocolario rodeado de imponentes banderas rusas y chinas. El mandatario ruso destacó que la alianza no se construye “en contra de nadie”, sino en beneficio mutuo, y adelantó que ambos países están implementando un ambicioso plan de cooperación económica con horizonte al año 2030.

La visita de Xi coincide con los preparativos del desfile militar del Día de la Victoria, que este año conmemora el 80 aniversario de la derrota del nazismo. El evento, clave para la narrativa patriótica rusa, se celebra bajo la sombra de la guerra en curso contra Ucrania y contará con la asistencia de líderes extranjeros con los que Moscú mantiene relaciones estrechas, entre ellos, el propio Xi.

El encuentro cobra especial relevancia en un momento de fricciones comerciales entre China y Estados Unidos, tras el incremento de aranceles por parte de la administración Trump. A la par, Moscú observa con cautela el renovado acercamiento entre Washington y Kyiv, lo que ha incentivado una mayor sincronía con Pekín.

“Frente a la contracorriente del unilateralismo y las prácticas hegemónicas, China y Rusia asumen su responsabilidad como grandes potencias y miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU”, subrayó Xi, en un mensaje implícito contra la influencia estadounidense en la geopolítica global.

Ambos gobiernos buscan consolidarse como actores claves en la construcción de un nuevo equilibrio internacional, promoviendo una multipolaridad que cuestione la hegemonía occidental. Con este acuerdo, Pekín y Moscú refuerzan su postura conjunta de cara a los desafíos globales, enviando una señal inequívoca de que su alianza va más allá de lo simbólico: es estratégica, prolongada y desafiante.

Miembros de las delegaciones china y rusa observan al presidente ruso, Vladimir Putin, dar la bienvenida al líder chino Xi Jinping en el Kremlin el 8 de mayo.

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