
Moscú, 6 de octubre de 2025.— El presidente ruso, Vladimir Putin, lanzó una advertencia directa a Estados Unidos al afirmar que, si decide suministrar misiles de largo alcance a Ucrania, las relaciones bilaterales —que su gobierno busca reconstruir junto a Donald Trump— quedarían “totalmente disueltas”.
Durante su intervención en el Foro Valdái, celebrado en la ciudad de Sochi, Putin aseguró que la posible entrega de misiles Tomahawk a Kiev marcaría una “nueva etapa cualitativa de escalada” en el conflicto, afectando gravemente cualquier intento de acercamiento diplomático con Washington.
El mandatario ruso señaló que una acción de ese tipo “no solo aumentaría el riesgo militar, sino que destruiría por completo la confianza política que empezaba a restablecerse”. Asimismo, advirtió que Moscú respondería con firmeza ante cualquier amenaza directa a su seguridad territorial.
Aunque reconoció que los Tomahawk podrían suponer un desafío técnico en el frente ucraniano, Putin minimizó su posible impacto estratégico, asegurando que Rusia cuenta con los medios necesarios para neutralizar dichos proyectiles.
Por otro lado, en referencia a su relación con el expresidente Donald Trump, Putin destacó que existía una “tendencia positiva” en las conversaciones recientes para recomponer los lazos entre ambos países. No obstante, advirtió que cualquier entrega de armamento estadounidense a Ucrania anularía esa posibilidad de cooperación.
Hasta el momento, Estados Unidos no ha tomado una decisión definitiva respecto al envío de misiles de largo alcance, aunque funcionarios del Pentágono reconocen que la medida sigue en evaluación debido a sus implicaciones militares y políticas.
La declaración de Putin se suma a un clima de tensión creciente entre las potencias, reavivando la confrontación diplomática y militar en el marco del conflicto ucraniano.