Brooklyn, Nueva York – 25 de agosto de 2025

Ismael “El Mayo” Zambada García, histórico líder del Cártel de Sinaloa, se presentó ante el juez Brian Cogan en la corte federal de Nueva York y protagonizó una confesión sin precedentes. Por primera vez, admitió públicamente su rol como arquitecto durante más de cinco décadas de narcotráfico, corrupción y violencia.

UNA DECLARACIÓN CONTUNDENTE

Visiblemente sereno, vestido con el uniforme penitenciario azul, Zambada respondió con precisión a las preguntas del juez y leyó un documento en el que se declaró culpable de los cargos en su contra, incluyendo narcotráfico, lavado de dinero y conspiración.

Con voz pausada, relató el inicio de su carrera criminal:

“Empecé a involucrarme en las drogas ilegales en 1969, cuando tenía 19 años y planté marihuana por primera vez”.

UN IMPERIO CRIMINAL AL DESNUDO

En su declaración, Zambada admitió haber traficado al menos 1.5 millones de kilos de cocaína hacia Estados Unidos entre 1980 y 2024. Reconoció haber ordenado numerosos asesinatos, tanto de miembros de otros grupos criminales como de su propia organización, así como de personas inocentes.

Asimismo, expuso el sistema de impunidad que lo sostuvo:

“La organización que encabecé alentó la corrupción en mi país al pagar a policías, comandantes militares y políticos que nos permitieron operar libremente”.

También pidió perdón:

“Pido perdón a todos los que han sufrido o se han visto afectados por mis acciones”.

CONSECUENCIAS LEGALES Y REPERCUSIONES POLÍTICAS

  • Aceptó pagar una reparación de daños de 15 mil millones de dólares, renunciando además a ciertos derechos procesales.
  • Aunque se declaró culpable, su defensa descartó cualquier acuerdo de cooperación con autoridades estadounidenses. Como enfatizó su abogado: “Lo que sabe el Mayo, se lo queda el Mayo”.
  • La sentencia está programada para el 13 de enero de 2026, y se anticipa que será condena de cadena perpetua, aunque podría recibir beneficios como mayores permisos familiares y recreativos.

UN GOLPE AL NARCOESTADO Y AL SISTEMA POLÍTICO

Las revelaciones de Zambada sacuden no solo al crimen organizado, sino también a la política mexicana. Los sobornos admitidos por medio siglo reflejan una red de complicidad que podría dar pie a investigaciones profundas y exigir rendición de cuentas.

La presidenta Claudia Sheinbaum respondió públicamente con cautela, señalando que cualquier declaración del detenido debe ser respaldada por pruebas y revisada por la Fiscalía General de la República.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *