Boston, Massachusetts | Diciembre de 2025

Kristin Cabot, exdirectora de Recursos Humanos de la empresa tecnológica Astronomer, habló públicamente por primera vez sobre el episodio que la volvió tendencia en redes sociales luego de aparecer en la kiss cam durante un concierto de Coldplay en Boston, acompañada de quien entonces era su jefe directo, Andy Byron.

En una entrevista concedida a The New York Times, Cabot reconoció que ella y Byron habían consumido alcohol esa noche y aceptó que su comportamiento fue inapropiado para el contexto profesional que los vinculaba. No obstante, fue enfática al señalar que entre ambos no existió contacto previo ni una relación personal antes de ese momento.

La exdirectora aseguró que la exposición pública tuvo consecuencias profundas y duraderas tanto en su vida personal como en su trayectoria profesional, situación que derivó finalmente en su renuncia al cargo que ocupaba dentro de Astronomer.


CRONOGRAMA DEL CASO

Concierto de Coldplay – Boston
Durante el evento, la cámara del estadio enfocó a Cabot y Byron en un momento que fue interpretado por el público como íntimo. El video comenzó a circular de forma masiva en redes sociales minutos después.

Horas posteriores
El clip se viralizó en distintas plataformas, generando especulación sobre una posible relación inapropiada entre ambos, dada la relación jerárquica dentro de la empresa.

Días siguientes
Astronomer inició revisiones internas mientras el tema escalaba mediáticamente. La atención se centró en posibles conflictos éticos y de cumplimiento corporativo.

Semanas después
Kristin Cabot presentó su renuncia como directora de Recursos Humanos. La empresa no emitió detalles extensos sobre las medidas internas adoptadas.

Entrevista pública
Cabot decidió romper el silencio y ofrecer su versión de los hechos, reconociendo errores de conducta, pero negando cualquier relación previa con su entonces superior.


DATOS EXCLUSIVOS Y CONTEXTO CLAVE

  • Cabot subrayó que la situación fue especialmente delicada debido a su rol como responsable de velar por la ética, la cultura organizacional y el cumplimiento interno dentro de la empresa.
  • Afirmó que la viralización convirtió un episodio aislado en un juicio público permanente, con impacto directo en su reputación profesional.
  • Señaló que la decisión de renunciar fue personal y motivada por la necesidad de proteger su salud emocional y su futuro laboral.
  • El caso reavivó el debate sobre los límites entre la vida privada, el consumo de alcohol en eventos públicos y la responsabilidad de los altos cargos corporativos frente a la opinión pública.

El episodio se ha convertido en un ejemplo de cómo, en la era digital, un instante captado por una cámara puede transformar de manera irreversible la carrera y la vida personal de quienes quedan expuestos ante millones de personas.

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