
Washington, 10 de noviembre de 2025.– El Departamento de Defensa de Estados Unidos confirmó que el domingo 9 de noviembre fuerzas estadounidenses destruyeron dos embarcaciones en el océano Pacífico oriental, dejando un saldo de seis personas muertas.
Detalles del operativo
El secretario de Defensa, Pete Hegseth, informó que los barcos estaban presuntamente vinculados con redes de narcotráfico y fueron detectados en una ruta marítima utilizada para el contrabando de drogas hacia Norteamérica.
De acuerdo con el reporte militar, cada embarcación contaba con tres tripulantes, todos fallecidos durante los ataques. No se registraron bajas estadounidenses ni daños a terceros.
Contexto regional
La operación forma parte de una campaña iniciada por el gobierno de Estados Unidos en septiembre de 2025 contra embarcaciones que, según su inteligencia, están relacionadas con organizaciones criminales y terroristas que operan en el Caribe y el Pacífico.
Desde el inicio de esta ofensiva marítima se han registrado más de diez ataques similares, con al menos setenta muertes confirmadas, en lo que el Pentágono califica como una “acción directa contra amenazas al territorio estadounidense”.
Reacciones internacionales
Diversos organismos de derechos humanos y gobiernos latinoamericanos expresaron preocupación por la falta de información sobre las víctimas y por la ausencia de procesos judiciales que justifiquen las acciones armadas en aguas internacionales.
Las críticas apuntan a un posible exceso del uso de la fuerza y a la falta de transparencia sobre las pruebas que sustentan la vinculación de los barcos con el narcotráfico o el terrorismo.
Implicaciones
El ataque refuerza la estrategia militar estadounidense en el Pacífico y abre un nuevo debate sobre los límites legales de las operaciones extraterritoriales.
Expertos advierten que la intensificación de estas acciones podría agravar tensiones diplomáticas y generar cuestionamientos sobre la jurisdicción internacional en alta mar.
Seis muertos, dos barcos destruidos y una nueva fase en la guerra marítima contra el narcotráfico dejan al descubierto la delgada línea entre seguridad y soberanía.